Lecciones de la base
Por: Jancary De Jesús Ruiz 11-1
Antes de entrar a CROEC uno piensa
que lo ha visto todo… pero no es así. Te sorprendiste al ver que todos en la
escuela no son esos “nerds” estereotípicos que solo se quedan en sus cuartos
hablando de Ciencias y Matemática. Observaste aquel brillo sin igual en sus
ojos que demostraban creatividad, entusiasmo y habilidades que no habías visto.
Conocistes maestros que además de simplemente enseñar una clase, buscan
ayudarte a seguir hacia adelante, te brindan una conversación amistosa de vez
en cuando y te muestran una perspectiva distinta de ver el mundo a tu
alrededor. Al principio tuviste miedo de que fueras a fallar con la intensidad
de la escuela, pero luego te adaptaste, creciste y desarrollaste habilidades a
un nivel nunca antes visto.
Nervioso, diste tu primer paso
hacia la vida universitaria al elegir convivir con otros estudiantes en la
residencia. Tú mentalidad cambió y ahora puedes manejar mejor tus emociones y
actitudes. Antes estabas perdido, pero con la ayuda de tus compañeros te
ubicaste y organizaste, sobrepasando las expectativas de los demás gracias a la
unión de tu grupo y amistades.
Te fuiste recordando todas las
actividades, conferencias, proyectos que pasaste; momentos buenos, momentos
malos, todo lo que pasaste junto a tus compañeros que ya son familia. Las
lágrimas caen, pero reconoces que es gracias a este lugar que has podido llegar
a la universidad que elegiste. Gracias a tus amigos que se mantuvieron a tú
lado, gracias a tus maestros que te enseñaron y te proveyeron las herramientas
necesarias al aclarar las dudas sin importar el día; gracias a todas aquellas
experiencias que te convirtieron en lo que eres hoy. Ahora las lágrimas
desaparecieron y fueron sustituidas por una sonrisa… una sonrisa y una mirada
hacia el futuro, sabiendo que aún hay mucho por aprender.
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